RegulatorYZATE©

Acabo de leer un Post en el que hay una frase con la que me identifico totalmente y aplico a nuestro role:

«No son tus conocimientos técnicos (añado) lo que marca la diferencia»

Y esto va muy en la linea de mi mensaje (de mi ya mantra) de «aportar valor». Todos nos hemos encontrado con profesionales, en el área que sea, que tienen un gran conocimiento técnico en su área, una gran capacitación pero que «no brillan» y a veces no solo eso «ni se les ve, ni tampoco se les quiere ver». Muchas de estas personas van a tener mas complicado evolucionar, crecer, y promocionar en su plan de carrera. Y esto es una «trampa» o mejor dicho algo que hay que evitar en un mundo como el nuestro, tan «hard» «tan técnico» «tan regulado». Hablando vulgarmente: hagamos lo imposible por no «aburrir a las ovejas«.

Sin duda tu capacitación técnica como profesional de Regulatory es un valor fundamental, pero yo diría que se trata, más bien, de un «requerimiento» para desarrollar tu role. Se nos pide conocimiento, rigor, exactitud. Estamos continuamente evaluando y aconsejando a nuestras compañías y negocio sobre qué se puede o qué no se puede hacer, lo que exige una actualización y conocimiento técnicos y legislativo, exquisitos y casi al minuto que nos den credibilidad. Un error en nuestro área siempre tiene consecuencias para el negocio, a veces consecuencias muy relevantes. Capital, no?

Pero no nos confiemos, ahora se nos pide más. El mercado pide más, es más competitivo, más exigente, más evolucionado.

Cuando comencé mi carrera profesional, se hablaba poco, muy poco, de capacitaciones y competencias, de verdad, en serio, … echando la vista atrás creo que se debian dar por hecho…digo yo!. Y ahora, ¿imagináis o conocéis un proceso de selección en el que no se haga una Entrevista por competencias? … Haced un ejercicio: google da 1.090.000 resultados al introducir entrevistas por competencias (aquí emoticono de carita de asombro).

El post al que os hago referencia cita textualmente: «El éxito de los nuevos profesionales depende mucho más de sus capacidades que de sus conocimientos». Este post nos invita a fijarnos menos en las Certificaciones (esto dicho en un entorno cultural y laboral donde sigue primando la titulitis es, como poco, no muy alineado) y nos empecemos a fijar, «a forjar», en nuestras Capacidades.

El conocimiento se adquiere, la capacidad se entrena. 

Cuando hablamos de capacidades nos referimos a aquellas habilidades y competencias relacionales, las que nos hacen ser buenos «compañeros de viaje» en equipos de trabajo; las que nos llevan a «levantar» la mano para dirigir y coordinar un proyecto; las que hablan de nuestra capacidad y nuestro modo de influir en otros; las que nos ayudan a gestionar y dirigir una reunión; las que nos ayudan a desarrollar a otros; las que hablan de nuestras habilidades para la comunicación efectiva (sin aburrir a las ovejas, insisto); las  que hablan de nuestra capacidad de innovar y ser creativos; las que hablan de nuestro empoderamiento y autoliderazgo; las que me ayudan a saber moverme en la organización algo ciertamente complicado, a entender los «dichos» y los «no dichos»; las que hablan de cómo me relaciono con otros, de cómo gestiono las emociones (propias y de otros), de cómo me enfrento a los conflictos (éstos existen y son siempre una oportunidad de aprendizaje)…y un largo etc

Discrepo, no obstante, con una afirmación de este artículo, en lo que dice respeto a que: «El día a día en la empresa y la experiencia es la mejor manera de entrenar estas capacidades».

Pues Si y No, porque si fuera así de sencillo, todos los que llevamos un cierto recorrido profesional, siendo buenos profesionales en nuestro área de responsabilidad, seriamos unos «cracks» en estas capacidades. Y mal que me pese, no es así.

Adquirir conocimientos es (relativamente) fácil, es un trabajo puramente intelectual. Por otro lado es lo que se nos enseñan desde que acudimos a la Escuela Infantil. Estamos super entrenados para ello.

Desarrollar capacidades es otro cantar; está relacionado con la persona, implica al ser, a las emociones, a la autoestima, a mi modelo mental, …y por tanto no es tan sencillo. Y para hacerlo más complicado aún, todo esto está ausente también en nuestro sistema educativo, sea el obligatorio o el profesional, no se nos «entrena a ello». Seguimos siendo (casi) «analfabetos en capacidades». Y luego el mercado laboral nos pide que las despleguemos. DURO, NO?.

La buena noticia es que nunca es tarde para desarrollarlas y desarrollarnos  y cuanto antes empecemos, mejor.

Pon a prueba tu CAPACITOMETRO©. ¿Sabes, conoces, eres consciente de:

  1. Las capacidades en las que eres fuerte (apaláncate en ellas para crecer)
  2. Las capacidades que necesitas para tu día a día, tu trabajo
  3. Las capacidades que necesitas para tu siguiente reto profesional
  4. Las capacidades que van a marcar la diferencia ?…

NO LO DEJES NI UN DÍA MAS

Gracias a  Gonzalo Martínez de Miguel, director de INFOVA, por inspirarme en mi reflexión de hoy.

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